Es una técnica que se utiliza dentro de la terapia para generar cambios en la experiencia subjetiva, percepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta, con el fin de facilitar y agilizar la consecución de los objetivos terapéuticos.
El concepto de hipnosis está rodeado de un halo de misterio y magia que hace que muchas personas desconfíen y/o tengan miedo de la técnica. Por eso me parece fundamental no sólo hablar sobre qué es la hipnosis, sino también de qué no es hipnosis. Para ello, hay que derribar y aclarar una serie de ideas preconcebidas y erróneas que hay en nuestra sociedad, debido sobre todo a los medios, el cine y el espectáculo.
¿CÓMO FUNCIONA?
El terapeuta lleva a cabo una serie de sugestiones que fomentan en el paciente experiencias imaginativas y facilitan los cambios que se pretenden conseguir en la percepción, emoción, pensamiento o comportamiento del paciente. Gracias a esta técnica, los cambios se producen con mayor rapidez y menor esfuerzo por parte del paciente. Permite que el sujeto sea más receptivo y flexible a la posibilidad del cambio terapéutico a través de la sugestión.
El terapeuta induce un estado mental de relajación y concentración donde se administran las sugestiones que producirán el cambio.
Algunas personas se benefician de esta técnica más que otras. La hipnosis produce mejores resultados en personas más sugestionables. Los factores que contribuyen en la sugestionabilidad son los siguientes:
Se puede utilizar en múltiples casos como coadjudante en terapia. Se ha demostrado eficacia clínica de la hipnosis (como herramienta, en combinación con psicoterapia) en el tratamiento de: