Pandemia y confinamiento
Estamos viviendo una realidad completamente nueva para nosotros. La crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 y el estado de alarma declarado por el gobierno para gestionarla, suponen una fuerte sacudida en la vida de todos.
Es una situación de mucha incertidumbre que escapa completamente a nuestro control. El ser humano necesita certezas. Es capaz de agarrarse a cualquier certeza, por cruda que sea, con tal de no tener que soportar la incertidumbre. Pero ahora no hay verdades absolutas, no sabemos qué va a pasar. Somos vulnerables y no podemos hacer nada. Únicamente aportar nuestro granito de arena: tomar las precauciones recomendadas y quedarnos en casa o ir a trabajar los que tienen que hacerlo. En definitiva, aceptar la situación y adaptarnos lo mejor que podamos.
Nuestra capacidad de adaptación a los cambios y flexibilidad son características fundamentales para nuestra salud psicológica.
“El agua lo vence todo, porque se adapta a todo”
Lao Tse
Estar en esta tesitura nos lleva a cuestionarnos muchos aspectos de nuestra manera de vivir, nos empuja a valorar y a sopesar qué es lo importante, a decidir qué actitud queremos tomar como individuos dentro de la sociedad. Nos hace ver las cosas desde otro prisma y pueden aflorar ciertas emociones de forma intensa.
Aparece el miedo a lo que pueda pasar, a la enfermedad y a la muerte. La preocupación por nuestros familiares más vulnerables, por nuestro futuro económico, laboral y social. La ansiedad, al no poder salir de casa, la angustia, al ver que se nos escapa de las manos y que no sabemos hasta cuándo estaremos así… O el estrés emocional y la tensión que están sufriendo los colectivos que se exponen y se desviven en primera línea por esta crisis, como son los sanitarios.
Estas son emociones que no vamos a poder evitar tener en algún momento. Ahora bien, si la angustia aprieta demasiado, el miedo se convierte en pánico o el sufrimiento es excesivo, es recomendable acudir a un profesional para ayudarte a buscar las herramientas más adecuadas para gestionar la situación. En estos momentos, la psicoterapia online es clave.
¿Cómo funciona?
- La experiencia es muy parecida a la presencial y la eficacia es la misma.
- Principalmente se realiza por video llamada (a través de Zoom, Skype, Facetime y otras plataformas, según la preferencia de cada uno).
- Se necesita un ordenador/tablet o móvil con buena conexión a internet.
- Las sesiones son de una hora de duración aproximadamente, como en la terapia presencial.
- No hay que preocuparse por el pago, ya que se puede realizar por transferencia o por Paypal.
- Es cómodo y seguro al no tener que moverse de casa, se puede realizar estando en cuarentena o incluso con algún síntoma.
- Tienes intimidad y privacidad asegurada. Y si lo que te preocupa es que te puedan escuchar en casa, se puede buscar alguna alternativa la mayoría de las veces: aprovechar una hora en la que los demás estén durmiendo, trabajando o teletrabajando, o incluso cuando salen a hacer la compra.
- Es una forma de adaptarnos a la situación que estamos viviendo y beneficiarnos de las nuevas tecnologías.
