Es evidente que con la crisis sanitaria y el estado de alarma que estamos viviendo, nuestra realidad ha cambiado de forma drástica en las últimas semanas. La mayoría estamos confinados en casa, excepto algunos que tienen que ir a trabajar y es posible que estén expuestos a un estrés mayor. En cualquier caso, es una situación que no ha dejado indiferente a nadie y que ha trastocado nuestro día a día por completo.
Todo este panorama puede traer consecuencias psicológicas. Por lo que, no sólo debemos preocuparnos de nuestra salud física durante esta crisis, también de nuestra salud psicológica.
¿Cómo proteger nuestra salud mental?
–Acepta la situación y adáptate lo antes posible. Si intentas resistirte a lo que está pasando, sufrirás más. Estamos frente a una situación de completa incertidumbre que además supone un cambio radical en la vida diaria para la mayoría. Además, trae consigo una crisis económica, laboral y social. No sabemos qué va a pasar ni cuándo va a acabar y poco podemos hacer al respecto, más que cumplir con nuestra parte: quedarnos en casa (o ir a trabajar a los que les toque). Es normal que en algún momento sintamos miedo, angustia, preocupación, rabia o frustración.
–Evita la sobreinformación y las fakenews. Estar todo el día expuesto a noticias sobre el tema podría suponer entrar en un laberinto de ansiedad y angustia del que después es difícil salir ya que, al no disponer de certezas (al menos por ahora) corremos el riesgo de quedarnos atrapados en un sinfín de preguntas y respuestas que no hacen más que aumentar el estrés emocional. Limita la búsqueda de información a 1-2 veces al día (sólo fuentes oficiales).
–Evita hablar del tema. De la misma forma que el punto anterior, supondría alimentar los pensamientos negativos y la angustia.
–Toma las precauciones de higiene y limpieza necesarias (recomendadas por el ministerio sanidad). Ni más ni menos.
¿Cómo gestionar nuestras emociones?
- Mira al miedo a la cara. El miedo no puede evitarse, es una emoción muy útil para la supervivencia del ser humano. Por eso si lo aceptamos y lo usamos, nos hace más fuertes.
“El valor no es más que el miedo vencido” Bontempelli
- Escribe tus preocupaciones en papel. Es la mejor manera de reducir la angustia y parar el bucle de pensamientos catastróficos.
- Canaliza la rabia y la frustración escribiendo. De nuevo, no puedes evitar sentir estas emociones, pero sí puedes evitar trasladarlas hacia los demás y conseguir más control.
¿Cómo sobrevivir al confinamiento?
–Planifícate:
- Crea una rutina y unos horarios adaptados a ti y a tu familia.
- Crea normas y espacios diferenciados con tu familia.
- Aprovecha para estudiar, aprender o arreglar cosas que tienes pendientes o que siempre has querido hacer, pero nunca tenías tiempo.
- Sé creativo: toca un instrumento, pinta, baila, juega con tus hijos…
- Deja algo de tiempo para no hacer nada.
–Cuídate:
- Mantén tu higiene y aseo personal (ducharse, lavarse los dientes, afeitarse, vestirse…)
- Cuida tu alimentación. Evita comer por aburrimiento. Escoge calidad, aprovechando que hay más tiempo, cocina comida real, platos que se gusten. Reduce comida basura. Evita el abuso de alcohol.
- Haz algo de ejercicio (sin obsesionarte).
- Duerme las horas recomendadas. Ni más ni menos.
–Comunícate y comparte con los otros: es muy beneficioso apoyarse unos a otros, ya sea a personas con las que convivimos, vecinos de balcón a balcón o a través de videollamadas. Aunque vivas sólo, acércate a los demás. Esto es posible gracias a las nuevas tecnologías.
–Haz uso del humor: nos ayuda a ver desde otras perspectivas un mismo hecho, a descargar tensión y a reforzar lazos con los demás.
“Nada prende tan pronto unas almas de otras como esta simpatía de la risa”. Jacinto Benavente
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