Hay extendidas en la sociedad, una serie de ideas sobre “qué es la psicología”, “qué hace el psicólogo” y “para qué sirve la terapia psicológica” que, a menudo, son confusas y falsas. De esta forma, muchas personas que podrían beneficiarse de acudir al psicólogo, no lo hacen. Esto unido a la mala praxis, el intrusismo y la imagen que se da a los psicólogos y a la psicoterapia en televisión, ya tenemos todos los ingredientes para tener una idea totalmente errónea sobre la psicología, la psicoterapia y la figura del psicólogo. Los mitos más comunes son:
- “Yo no estoy loco, no necesito ir al psicólogo”
Nadie piensa que por acudir al médico se tiene una enfermedad grave. Se va por una alergia, una molestia o para hacerse unos análisis. Al dentista, aunque no se tenga un dolor de muelas, simplemente por un empaste o limpieza bucal. Al fisioterapeuta, cuando se tiene la espalda contracturada. Al ginecólogo, aunque no se tenga cáncer de útero, simplemente para elegir el anticonceptivo más adecuado.
Es decir, se acude a estas consultas para prevenir enfermedades y llevar un control sobre la salud física. En cambio, no se tiene tan en cuenta la salud mental. ¿Por qué no se acude al psicólogo cuando uno se siente ansioso, angustiado o deprimido? ¿O cuando se tiene algún problema para relacionarse, con los hijos, con la pareja…? Las emociones, los pensamientos, cómo uno se comporta, la actitud que se tiene ante la vida, cómo uno se relaciona, el estado de ánimo… Son cuestiones a las que no damos tanta importancia, no nos mostramos tan precavidos como con la salud física. Cuando en realidad, la salud mental es primordial para poder tener cierto bienestar y calidad de vida. Además de que, la salud mental influye en la física.
- “Ir al psicólogo es para gente débil, yo puedo solo”
Siguiendo un poco con el punto anterior, uno no considera de débiles ir al dentista a hacerse un empaste. Tampoco ir al abogado a hacer una consulta legal o al gestor a resolver un problema económico. Más bien se considera que la persona es responsable e inteligente. Buscar ayuda especializada para prevenir, afrontar de forma adecuada y poner solución a diferentes problemas que nos puedan surgir en la vida, también lo es.
- “Para ir a hablar y desahogarme ya tengo a mis amigos/familia”
Tener una red de apoyo formada por amigos y familia es muy positivo para el individuo. Puede ayudar en muchos momentos de la vida, pero a veces, no es suficiente. A veces uno se da cuenta de que por mucho que hable de su problema, aunque en ese momento se sienta mejor, el problema no se soluciona. A veces uno necesita ayuda especializada para producir el cambio que necesita.
Por otro lado, acudir al psicólogo no tiene nada que ver con ir a charlar sobre los problemas buscando consuelo, desahogo y consejos. Más bien tiene que ver con ayudar a la persona a encontrar las estrategias adecuadas para resolver un problema o conseguir un objetivo. Además, la persona no se limita a hablar, sino que toma parte activa del proceso, también escucha activamente y realiza tareas para conseguir los objetivos de la terapia.
- “No creo en los psicólogos/psicología”
La psicología no es una religión en la que haya que creer. No es una cuestión de fe, es la ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales de los individuos. Y como tal, se sirve de técnicas validadas empíricamente, a partir del método científico.